Una de las mayores causas de contaminación en la producción de alimentos es el pelo.
Por término medio, de una persona se caen unos 150 pelos al día. Aplica un poco de aritmética mental a esto y pronto descubrirás que en una modesta operación de 25 trabajadores que trabajan ocho horas al día, cinco días a la semana, habrá una pérdida total de 6.250 pelos en su planta de producción de alimentos por semana. O 250.000 pelos por mes. O 300.000 pelos al año (sin incluir las vacaciones o el trabajo por turnos).
Considera el hecho de que cualquier contaminación de un solo cabello conlleva el riesgo de comprometer la calidad del producto, y la importancia de una ropa desechable de protección efectiva y confiable se hace evidente.
Después de todo, ¡no estamos hablando simplemente de la apariencia o del impacto de un consumidor que encuentra un pelo en su sopa o sándwich!
Tomemos el estafilococo, por ejemplo. Bacteria gram-positiva, presente en los cabellos del 25% de las personas perfectamente sanas (más aún entre los portadores de infecciones y enfermedades), esta bacteria se propaga rápidamente a temperatura ambiente para producir una toxina que puede causar fiebre y calambres abdominales que pueden aparecer en un plazo de 1 a 6 días y durar 48 horas.
La tentación entonces, es sólo empezar a hacer cumplir estrictamente las reglas para aquellos con cabello largo. Esto no es suficiente.
Aunque el pelo corto se cae con la misma frecuencia que el largo, es mucho más difícil de detectar, y por esa razón, de hecho, presenta un riesgo mucho mayor de contaminación.
Por ello, es de suma importancia que toda producción y manipulación de alimentos sea llevada a cabo por personal que lleve gorros desechables que hayan sido cuidadosamente colocados de acuerdo con un procedimiento estricto y en una zona de cambio especificada. Pero esas prendas no son sólo para la parte superior de la cabeza; las barbas sueltan pelo en promedio 6 veces más que el cabello de la cabeza. Por lo tanto, se debe esperar que cualquier persona con barba visible use también un protector de barba.
A pesar del riesgo de contaminación, con un conjunto de reglas cuidadosamente consideradas, un procedimiento estricto para hacer cumplir esas reglas, así como prendas de protección apropiadas y un área y proceso específico para el cambio, no hay razón para que la producción de alimentos no pueda llevarse a cabo con confianza y seguridad.